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sábado, 13 de abril de 2019

El Hotelito pefecto para los perrunos

El río Alberche, en Navaluenga

Desde hacer unos días, sois muchos los que habéis preguntado por un lugar para hacer una escapada perruna, en España. Y como el buen tiempo ya esta en camino, pues os voy a recomendar mi rincón favorito. Se llama ElHotelito.
Es un hotel pequeñito, evidentemente, pero grande, grandísimo!! Veréis, para empezar, su lema es “desde un canario, hasta un caballo”… es decir, no sólo podemos ir los peludos, puede ir cualquier bicho vivo que se porte como es debido. De hecho, pueden ir humanos de todas las edades, no os digo más. Aunque la verdad, es que lo más popular es que vayamos perreces. Hay habitaciones en el piso de arriba, con su terracita, que están muy bien. Aunque las comodidades del piso de arriba son más para nuestros humanos (jacuzzy, bañera con chorros, etc…); en el piso de abajo, el del jardín, tiene terracitas privadas en las que podemos tomar el sol sin que nadie nos moleste, o en las que podemos quedarnos mientras nuestros humanos duermen la siesta. Perrosonalmente, me gusta quedarme abajo.
En el salón de la entrada, donde la chimenea
Además, el hotel está en plena naturaleza. El pueblo se llama Navaluenga, que está cerca de Ávila. En la provincia o no sé cómo funciona eso. Y está a las afueras del pueblecito. Se puede llegar perfectamente, porque hay transporte público, claro, pero lo más cómodo es ir en coche. Una vez allí, todo está cerca. Y a mí me encanta porque mis humanos van andando a todas partes y eso significa que yo voy de paseíto. Nadie se queja, nadie te regaña, nadie molesta. Una gozada.
Lo que más me gusta, además de que hay caballos y ya sabéis que yo adoro los caballos, es que hay un río. Y en las orillas, no cubre así que me puedo meter hasta “la línea de flotación” y mojarme sólo las patas. Que si es verano y hace mucho calor, también tengo que reconocer que me he dado buenos chapuzones, pero en esos días de entretiempo, con las patas, tengo más que suficiente.
Para nosotros, que es lo importante, las excursiones y el deporte están garantizados, pero a veces hay que pensar también un poco en nuestros humanos, que al fin y al cabo son parte de nuestra manada. Para ellos hay un millón de cosas que hacer. Además, así es mejor porque están entretenidos, se relajan, bajan la guardia y luego son más amables. Catas de vino, cursos de pintura, gastronomía, avistamiento de aves, fotografía y vete a saber cuántas cosas más. Tienen un saloncito con biblioteca y un montón de libros para leer. Y nosotros podemos tumbarnos por allí, si es de día nos da el solecito y si es de noche y hace frío, nos ponen la chimenea… que es una cosa que me encanta. Parece un hogar. Se está muy a gusto. 
La terracita privada
La comida es muy buena en Navaluenga. Hay grandes restaurantes, pero sobre todo, se fomenta el rollo del tapeo, lo que significa que si te sientas debajo de la mesa y lo deseas con fuerza, algo cae seguro. Y la gente es muy agradable. No tienen perrojuicios contra nosotros, nos tratan con cariño y con respeto en todas partes. Tengo que reconocer que yo, allí, he comido como una marquesa. Por ese lado no hay queja. Bueno ni por ninguno. Quejarme, no puedo quejarme, la verdad. Me encanta ir allí. ES como desconectar de todo y dedicarte exclusivamente a disfrutar.
Y ahora es cuando me vais a preguntar el precio. Eso tenéis que verlo directamente AQUÍ, porque yo de euros no entiendo, pero por lo que oigo, no es caro. Y un premio de vez en cuando tampoco está mal. Son vacaciones como estando en casa, pero en un sitio que no es nuestra casa y que es mucho más bonito y entretenido. Por favor, si vais, contadme qué os ha parecido y decid que vais de mi parte, porque seguro que eso significará que os darán un chuche perruna. Feliz escapada amigos.