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domingo, 30 de noviembre de 2014

Viajar a Bratislava con tu perro




Ya estoy aquí otra vez. Disfrutando del otoño y de los viajes que se me presentan. Esta vez hemos estado en Bratislava. Ya había estado allí una vez, pero hacía mucho frío y yo era  una peluda joven… no me interesaban las mismas cosas. Es conveniente visitar los sitios que te han gustado, varias veces para descubrir nuevos matices. Esta vez, tuve la suerte de descubrir los mercadillos navideños de la capital eslovaca. No sé qué decir. La verdad es que eran muy bonitos, olía muy bien, a muchos tipos de comida diferente y la gente parecía pasárselo muy bien, pero claro, había tanta gente junta que a mí… se me iba de las manos. Ya sabéis que los perreces no somos grandes amigos de las aglomeraciones de humanos. Eso nos agota. Bueno y a mí, me asusta un poco, para ser del todo sinceros.
Muy interesantes los mercadillos, pero a mí hubo cosas que me gustaron mucho más, porque lo cierto es que la ciudad es preciosa y la gente es muy amable con los que vamos a cuatro patas. Obviamente, no me dejaron entrar en ninguna iglesia ni tampoco en la catedral, porque aun hay algunas barreras que tendremos que dejar que crucen las generaciones que vienen, pero bonitas, un rato. La azul parecía un gran pastel recién decorado. Además, por la calle hay un puñado de esculturas urbanas de lo más divertidas. Ahí me veis a mí partiéndome de risa…

Bratislava además es una ciudad pequeña, te la puedes recorrer de punta a punta en muy poco tiempo. Hay muchas cosas que visitar, pero lo que a nosotros nos interesa es que hay muchas zonas peatonales, muchos parques y parece que a la gente no le molesta que vayamos por ahí, incluso sin correa. No yo, que en ciudad extraña, siempre voy con la cuerda porque me gusta tener localizados a mis humanos, a ver si se van a perder, que tienen la nariz de adorno y nunca se sabe dónde pueden terminar.
Si tuviera que quedarme con una cosa… me quedaría con sus bares y restaurantes. Siempre me dan la bienvenida y antes de preguntarles a los humanos qué quieren tomar, preguntan si pueden traerme a mí, un cuenco de agua. Y es que todavía hay clases… jejeje. La comida es buena, huele que dan ganas de sentarte en la mesa y pedir un plato. Y siempre cae algo.
Buenísimo. Y qué precios… por lo visto con el ahorro, te puedes comprar latas y latas de comida canina, de las del cachorro que sonríe.
A mí, Bratislava, como ciudad me ha convencido. Si vais a viajar con vuestros humanos, os lo aconsejo: Bueno, bonito, barato y divertido.

martes, 5 de agosto de 2014

Croacia: un viaje muy barato para hacer con perro



En el mirador de Rovinj

Mi último viaje ha sido por tierras croatas. Afortunadamente mis humanos se portan y me llevan en coche, aunque ellos tengan que conducir 7 horas… no les importa, porque dicen que viajar en avión sería un rollo… para mí. Así que allá nos hemos ido, a conocer la península de Istria.
Las playas son de piedra, no de arena
Lo primero que tengo que decir es que nos hizo muy mal tiempo, pero eso no es culpa de nadie, lo malo es que eso me alejó un poco más de las playas de lo que me habría gustado. Lo bueno es que no pasé tanto calor como esperaba. Y eso que voy rapadita con el look de verano.
¿Qué os puedo contar de Croacia? Lo primero es que a los perros nos ponen pocas pegas. Poquísimas. De hecho, al cruzar la frontera (como digo por carretera) a mis humanos les pidieron identificación, a mí, que me asomé a la ventana para saludar al agente… ni me miraron. Ella, rápidamente sacó mi perroporte (pasaporte veterinario internacional vigente) con todas mis vacunas y esas cosas con las que me permiten viajar en regla y el agente la miró con gran extrañeza, luego a mí… sin coger el perroporte, le devolvió las identificaciones humanas y nos hizo seña de seguir. Yo me ofendí un poco, la verdad, pero luego pensé que era lógico… los que la lían son los humanos, los perreces nunca somos ilegales ni damos problemas, así que está claro que para entrar o salir de Croacia, a los perros no nos ponen ninguna traba. No puedo decir qué pasa si llegas en avión, pero en coche, nada de nada. Ya os contaré qué pasa en avión, la próxima vez, aunque según tengo entendido, con el perroporte en regla no hay pega.
Duchas para perros!!!!!
Infraestructuras excelentes
Bueno, ¿qué es lo que más me ha sorprendido en Croacia? Las playas. Son de piedra. Hay muy poquitas playas de arena, casi todas son de piedrecitas o directamente rocas. Pero lo que más me ha gustado es que hay playas para humanos y hay playas para perros. En las playas de perros, como nosotros somos así… dejamos que nuestros humanos también se bañen con nosotros. Si quieren. Pero lo que más me ha sorprendido es la infraestructura: había duchas para humanos y duchas para perreces. Porque la sal puede ser igual de molesta para unos que para otros. Y siempre es agradable darse un paseíto hasta el hotel, después del baño, ya sin sal. Os pongo una foto.
Otra cosa maravillosa es que la gente va a su bola. Es decir, si tú te metes, por error o por lo que sea, en una playa que no es la tuya, no viene nadie corriendo a regañarte. Te miran y ya. Luego tú te das cuenta o no, pero no pasa nada más. Se ve que los croatas no son gente estresada y sus vidas son lo suficientemente interesantes como para no tener que meterse en las de los demás.
Los restaurantes suelen tener cuencos de agua para perreces y no te ponen pegas. En general, las condiciones son mejores que en otros países en desarrollo animal, como España, pero no son tan, tan cariñosos como los húngaros. Los croatas, en general, van a su bola y da igual que seas un humano, que un perro que un marciano, no te molestan.
La comida. A mí es que el pescado me pierde y si se cae un cachito del plato de ellos… pues siempre es bienvenido. Buscan y rebuscan para asegurarse de que no tiene espinas, que yo no sé qué son las espinas, porque nunca he visto ninguna, pero el caso es que el salmón, el atún, el pescado blanco en general e incluso las gambas están de muerte. Fresquísimo y según he oído… muy barato todo. Además allí se paga en kunas, que no son euros, pero que al cambio, por lo visto… un euro son muchas kunas.
Mis regalos en Valamar Hotels
Un placer haber viajado a Istria y un placer haberme bañado en la playa. Estuve además en una cadena de hoteles que son especialmente cariñosos con los perreces: Valamar. Ellos me regalaron una toalla de playa, 3 juguetes perrunos y un cuenco de agua, además me dejaron en la habitación una hoja con las normas a seguir para las mascotas y los números de los veterinarios de guardia por si me pasaba algo. Y un cartel para indicar que estaba en la habitación… lo que quiere decir que son de los poquísimos sitios en los que permiten que el perrece se quede echando la siesta cuando los humanos quieren ir a algún sitio ellos solos. Que no es el caso de los míos, porque comen en mi pata y no van a ningún sitio sin mí, pero lo digo por si se da el caso y los vuestros necesitan saberlo. Me ha encantado Croacia.  

jueves, 12 de junio de 2014

Consejos para un perro en Budapest



Hace poco, por mi trabajo, tuve que viajar a Budapest. Ya sabéis, unas fotos y esas cosas que tenemos que hacer las divas del mundillo…
Y estoy acostumbrada a que me traten bien. Muy bien en todos los sitios a los que voy o me llevan. La gente es amable y yo cumplo las condiciones que se le exigen a un perrece para ser considerado agradable: soy pequeña, estoy suave, voy limpia, soy simpática… esos criterios estrictos por los que los humanos se rigen para decir que un perro les gusta o no. Así que estoy más que acostumbrada a que la gente me acaricie e incluso me eche piropos cuando me conocen.
Y luego está Budapest. No sólo os diré que me ha parecido una ciudad bonita, limpia, extraordinariamente limpia, luminosa, divertida y llena de gente y de vida. Os diré que los húngaros son gente extraña. Todos, absolutamente todos, son cariñosos con los
animales. Muy cariñosos. Primero se detienen en la calle, luego preguntan si te pueden acariciar, después te acarician y te rascan a conciencia. Saben lo que hacen. Después, te hacen muchas preguntas sobre la raza, la edad, las preferencias… te dan consejos y al final, te cuentan que es que ellos también tienen un perro, o sus padres, o sus vecinos… en Budapest debe haber miles de millones de perros viviendo a cuerpo de rey en las casas. Yo me quedé alucinada y claro, no quería ni moverme de allí. Qué gente más maja.
Tú vas por la calle y todo el mundo se muere por hacerte un mimo. Nadie, ni una vez, me regañó por nada ni les dijo nada a mis humanos sobre mí. Ni una vez. Eso me extraña mucho. Para bien, claro.
¿Transporte público? Permitido. Eso sí, con correa y bozal. Normas son normas. Pagamos el billete entero de un adulto humano, porque tenemos los mismos derechos que él. Me parece bien. En los restaurantes, cero problemas. Y los camareros traen primero el agua para los peludos y luego las consumiciones para los humanos. Además haciendo bromas, con un humor envidiable. De hecho, en un bar me dijeron que lo sentían pero que no podían darme agua porque se había acabado, pero que me iban a traer un cuenco de vodka. Y me lo dijeron a mí… lo que digo, encantadores.
El los hoteles, tampoco vi ningún problema. Eso sí, yo siempre recomiendo que antes de aventurarnos con la reserva, consultemos por si acaso. Que yo creo que en Hungría no va a haber ni medio problema, claro está, pero más vale prevenir que ladrar.
La comida excelente. Cierto es que mi familia siempre me lleva comida perruna de la que me gusta, pero en los restaurantes, siempre cae un cachito de algo… porque hay que probar la gastronomía local, ¿no es verdad? Pues muy buena. No puedo decir lo contrario.
En los parques, ni medio problema tampoco. Un montón de perrillos sueltos y allí todo el mundo se hace amigo de todo el mundo… como debería de ser.
Vamos que ni trámites, ni perroporte, ni fronteras, ni problemas, ni gente con malas caras, ni prohibiciones... cero problemas, todo facilidades y una gente maravillosa, esa ha sido mi conclusión de visitar Budapest. Os lo recomiendo porque nunca me habían tratado tan sumamente bien en una ciudad. Creo que me he enamorado un poquito de los húngaros.   
Por cierto, por si os interesa, el hotel en el que estuve se llama Estilo Fashion

jueves, 29 de mayo de 2014

Ventajas de ser un perro sin raza



Hoy se anda celebrando por las redes el día de los perros sin raza. Vaya tontería, porque los perros no somos racistas, pero en casa hemos decidido considerarlo mi santo y elaborar una pequeña lista con las ventajas de no tener raza.
La primera es esa, que no somos racistas y eso que los que no tenemos raza identificada… es porque tenemos más de una en realidad. Por ejemplo, yo soy un perro de aguas, pero también tengo algo de pastor catalán, mayoritariamente parezco un bichón maltés y el pelo me cuelga como a un bobtail enano. ¿Ventaja? No hay que decidirse por uno cuando puedes tener 4 en uno.
Además solemos resultar gratis. Cosa que tampoco entiendo porque ahora que los humanos han dejado de comprarse y venderse como esclavos en la mayor parte del planeta… venden perreces. No tiene sentido. Yo llegué a brazos de mi humana siendo una bola de pelo que no sabía ni ladrar. Así, con un par de cervezas, según he oído.
Tampoco necesito cuidados especiales, porque dicen que la mezcla mejora la raza… así que con cortarme el pelo (que me lo cortan en casa porque a mí me da mucho miedo que me corte el pelo alguien que no sean mis humanos) y la uñas, estoy más que guapa.
Hemos echado cuentas y creo que mi comida oficial no llega a los 100€ anuales. Claro que soy pequeñaja y no como demasiado para poder volar en avión con ellos, que si me paso del peso… me mandan con las maletas y eso no quiero que pase. Hay que cuidarse. Aunque también hago mucho deporte para estar en forma. Y digo la comida oficial, porque si estoy atenta, siempre consigo catar la comida de los demás, aunque sea un pellizco y cuando todos han terminado ya.  Eso me sabe a gloria y algún vicio tenía que tener.
El veterinario… una vez al año y para las vacunas reglamentarias, que como mi humana está muy atenta, siempre encuentra la oferta de nuestro ayuntamiento y entonces pagamos lo mínimo. Y después, cuando me pongo un poco malita me dan medicinas caseras para perros…  supongo que eso es porque nunca he estado realmente malita. Me cuidan bien.
¿Más ventajas? No sabría por donde empezar, pero supongo que es lo mismo que comprarse un coche para usarlo y otro para exponerlo. Además, si el coche para usarlo te sale gratis, lo vas a querer más… digo yo. Y lo vas a usar más. Eso me pasa a mí, que me adoptaron con todo el amor del mundo y no esperan nada a cambio, así que si voy guapa estupendo, pero si voy fea o me ensucio no pasa nada, no tengo ningún concurso que ganar ni tengo que demostrar a nadie el Pedigree en ningún caso. Soy lo que ves, auténtica y feliz. No hay más. Por eso os animo a no comprar nunca un perro. Adoptad uno y si aglutina en sus genes más de una raza, mejor…  porque sumará lo mejor de todas las razas y habréis salido ganando mucho.

lunes, 21 de abril de 2014

Primer CONCURSO de la Perra Viajera



No sé si os acordáis o no, pero en una ocasión, hace tiempo, ya os hablé de un hotel, en Navaluenga, provincia de Ávila, donde me invitaron a pasar un fin de semana. Un fin de semana de lujo absoluto… era El Hotelito. Me cuidaron, me mimaron y estuve todo el tiempo haciendo cosas divertidas, por eso me gustaría que todo el mundo pudiera probarlo y pasárselo tan bien como me lo pasé yo, pero ¿cómo? Pues muy fácil. Les he pedido a mis amigos de El Hotelito que nos regalen una estancia, para que mis amigos puedan probar y me han contestado que estarían encantados, así que tenemos una noche de hotel, en habitación doble, dos humanos y un peludo, con desayuno incluido para sortear entre todos los que me leéis habitualmente. Así que se me ha ocurrido que para darle más emoción, os invito a participar en un simpático concurso entre todos los seguidores de este blog. Lo único que tenéis que hacer es recomendar este sitio y dejar un comentario en este post diciendo porqué queréis ganar este concurso. Eso es todo. Y para ello os daré de tiempo hasta el jueves 15 de mayo. Tenéis casi un mes para concursar. Os deseo muchísima suerte porque es toda una experiencia y estoy segura de que os va a encantar. Es el hotel favorito de los perros!!