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miércoles, 2 de octubre de 2013

Bled. El mejor destino para viajar con un perro


En lo alto del castillo. ¡Vaya vistas!

Por todos es sabido que Centroeuropa es un mundo preparado para recibir a los peludos como ciudadanos de primer orden. Ciudadanos que pagan impuestos anuales y que como tal, tienen derecho y obligaciones. Pero de todas las ciudades que he conocido en los últimos meses de mi perra vida, tengo que destacar un delicioso pueblecito en Eslovenia: Bled.
Yo también pude mirar
¿Qué requisitos te piden para entrar en el país? Ninguno. ¿Qué problemas te vas a encontrar? Cero. Si de hecho, en los bares y restaurantes, cuando llega el camarero a pedir la comanda, primero me traen a mí me plato de agua y luego les preguntan a los humanos qué van a querer. No me gusta decir esto, pero… “todavía hay clases” jeje. En algunos sitios incluso hay hamacas o cestas para que estemos tumbaditos y cómodos mientras la familia echa la tarde con su café.  
Navegando...
En Bled tenemos la veda abierta en todas partes. Subimos al castillo y qué vistas desde allí… todo el lago a mis patas. Después navegamos por el lago e incluso fuimos a la isla, que si es bonita desde lejos, poder recorrerla a pata, ya no os digo nada. Y yo no era la única peluda que andaba paseando por allí… conviviendo con patos, cisnes, pájaros… la verdad es que es toda una experiencia. La experiencia de ir en barco por el agua, me pareció extraordinaria, qué festival de olores, qué lugar más mágico.
Un día por la tarde me pegué un bañito con mis humanos en el mismo lago. Había una cisne con sus pollitos por allí y me regañó un poco, pero el lago es público y al final la que se fue, fue ella. Que yo sólo estaba nadando sin molestar a nadie. El resto… todo
maravilloso.
Sí, este era mi barco y yo la princesa
También subimos a los montes de los alrededores. Qué vistas y qué divertido todo. Ni correa, ni bozal, ni nadie histérico a mi alrededor pensando que un perro de un palmo de alto se lo va a comer crudo.
La verdad es que yo siempre tengo suerte, pero lo del hotel ya fue de aplauso. Estuvimos en el Hotel Astoria-Bled. De hecho me dijeron nada más entrar que a partir de las 22:00h no podía ladrar… que me dio hasta risa. Yo no ladro nunca, a no ser que sea estrictamente necesario… Pero todo el día, pendientes de mí y de que no me faltase nada. Encantadores.
En algunos museos me dejaron intrar...
Otra cosa que me encantó fue la gastronomía. Carne. Caza. Unos guisos de algo parecido al Gulash que me encantaron. La verdad es que siempre que ellos piden un guiso se ese tipo y estamos de viaje, al menos me dejan probarlo, porque luego tienen esa teoría de que si no como mi propia comida, me pondré enferma del estómago… el caso es que pareció muy sencillo comprar comida canina en los supermercados e incluso en las gasolineras. Y debo decir, que está buena.
En fin, no os lo vendo más, será mejor que vayáis a comprobarlo. La guía, que además hablaba español perfectamente, estuvo pendiente de mí absolutamente todo el día. Todo el tiempo siendo el centro de atención es algo que gusta, para qué os lo voy a negar. Y por lo que oí… creo que de precio las cosas andas muy, pero que muy bien. Para estos momentos de crisis y con un perrete en la familia, creo que Bled puede ser un destino perfecto.

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