Vacaciones en el hotel Nockalm |
Pues ya estoy aquí otra vez. Tengo algo que contaros para cuando se termine esto de que los humanos estén encerrados y paseen con bozal. No es que mis humanos fueran mucho de ponerme bozal, pero después de esta experiencia han decidido que, si tienen que conducir dos días seguidos, lo harán para no volver a obligarme a mi a viajar en una jaula y mucho menos con bozal. Así que no hay mal que por bien no venga. Y qué simpáticos están todos con el hocico tapado, verdad? Que sólo se les ven los ojitos a los pobres…
Bueno, la cuestión es que en estos meses han pasado muchas
cosas. Y mis humanos se han reproducido. Esto significa que ahora las
vacaciones son aun más complicadas que antes. Pero mi humana, es muy resolutiva
y ha encontrado la solución. Resulta que en el mundo hay hoteles especiales,
donde todos los deseos de una familia multiespecie se pueden ver atendidos. Son
hoteles para niños donde admiten mascotas. O alrevés. Y nosotros, claro está, fuimos
corriendo a ver qué significaba eso. Fueron unas vacaciones perfectas en el Hotel Nockalm en Carintia, Austria.
Para los humanos mayores, también había un bar, cócteles,
tumbonas al sol con vistas a los Alpes, una zona especial sólo para adultos
donde en realidad había más tumbonas y silencio y donde te daban masajes y te hacían mimitos… porque a los humanos también les gusta que les rasquen el lomo. Muy buen rollo, la verdad.
Y para mí… para los perreces, lo mejor. Acceso ilimitado a
todas partes. Nadie me puso una pega en ningún momento, ni siquiera cuando se
me ocurrió asomar el hocico por la piscina cubierta a ver qué se cocía por
allí… en vez de gritarme y echarme como es costumbre, la gente, dijo: “ay qué
mona!, qué graciosa” y me cayeron caricias… comer, comí mejor que nunca. Vamos,
que no me restringieron el acceso ni a la zona de la granja, donde hay animales
para que los niños puedan conocerlos en vivo y acariciarlos, ya sabéis, cabras,
conejos, etc… pues todos muy amistosos. Como yo. El jardín enorme… así que yo
estuve a mis cosas, corriendo, tomando el sol, descansando… una gozada inmensa.
Creo que no hubo quejas por parte de ningún miembro de la familia.