El río Alberche, en Navaluenga |
Desde hacer unos días, sois muchos los que habéis preguntado
por un lugar para hacer una escapada perruna, en España. Y como el buen tiempo
ya esta en camino, pues os voy a recomendar mi rincón favorito. Se llama ElHotelito.
Es un hotel pequeñito, evidentemente, pero grande,
grandísimo!! Veréis, para empezar, su lema es “desde un canario, hasta un
caballo”… es decir, no sólo podemos ir los peludos, puede ir cualquier bicho
vivo que se porte como es debido. De hecho, pueden ir humanos de todas las
edades, no os digo más. Aunque la verdad, es que lo más popular es que vayamos
perreces. Hay habitaciones en el piso de arriba, con su terracita, que están
muy bien. Aunque las comodidades del piso de arriba son más para nuestros
humanos (jacuzzy, bañera con chorros, etc…); en el piso de abajo, el del
jardín, tiene terracitas privadas en las que podemos tomar el sol sin que nadie
nos moleste, o en las que podemos quedarnos mientras nuestros humanos duermen
la siesta. Perrosonalmente, me gusta quedarme abajo.
En el salón de la entrada, donde la chimenea |
Además, el hotel está en plena naturaleza. El pueblo se
llama Navaluenga, que está cerca de Ávila. En la provincia o no sé cómo
funciona eso. Y está a las afueras del pueblecito. Se puede llegar
perfectamente, porque hay transporte público, claro, pero lo más cómodo es ir
en coche. Una vez allí, todo está cerca. Y a mí me encanta porque mis humanos
van andando a todas partes y eso significa que yo voy de paseíto. Nadie se
queja, nadie te regaña, nadie molesta. Una gozada.
Lo que más me gusta, además de que hay caballos y ya sabéis
que yo adoro los caballos, es que hay un río. Y en las orillas, no cubre así
que me puedo meter hasta “la línea de flotación” y mojarme sólo las patas. Que
si es verano y hace mucho calor, también tengo que reconocer que me he dado
buenos chapuzones, pero en esos días de entretiempo, con las patas, tengo más
que suficiente.
Para nosotros, que es lo importante, las excursiones y el
deporte están garantizados, pero a veces hay que pensar también un poco en nuestros
humanos, que al fin y al cabo son parte de nuestra manada. Para ellos hay un
millón de cosas que hacer. Además, así es mejor porque están entretenidos, se
relajan, bajan la guardia y luego son más amables. Catas de vino, cursos de
pintura, gastronomía, avistamiento de aves, fotografía y vete a saber cuántas
cosas más. Tienen un saloncito con biblioteca y un montón de libros para leer.
Y nosotros podemos tumbarnos por allí, si es de día nos da el solecito y si es
de noche y hace frío, nos ponen la chimenea… que es una cosa que me encanta.
Parece un hogar. Se está muy a gusto.
La terracita privada |
La comida es muy buena en Navaluenga. Hay grandes
restaurantes, pero sobre todo, se fomenta el rollo del tapeo, lo que significa
que si te sientas debajo de la mesa y lo deseas con fuerza, algo cae seguro. Y
la gente es muy agradable. No tienen perrojuicios contra nosotros, nos tratan
con cariño y con respeto en todas partes. Tengo que reconocer que yo, allí, he
comido como una marquesa. Por ese lado no hay queja. Bueno ni por ninguno. Quejarme,
no puedo quejarme, la verdad. Me encanta ir allí. ES como desconectar de todo y
dedicarte exclusivamente a disfrutar.
Y ahora es cuando me vais a preguntar el precio. Eso tenéis
que verlo directamente AQUÍ, porque yo de euros no entiendo, pero por lo que
oigo, no es caro. Y un premio de vez en cuando tampoco está mal. Son vacaciones
como estando en casa, pero en un sitio que no es nuestra casa y que es mucho
más bonito y entretenido. Por favor, si vais, contadme qué os ha parecido y
decid que vais de mi parte, porque seguro que eso significará que os darán un
chuche perruna. Feliz escapada amigos.