En el mirador de Rovinj |
Mi último
viaje ha sido por tierras croatas. Afortunadamente mis humanos se portan y me
llevan en coche, aunque ellos tengan que conducir 7 horas… no les importa, porque
dicen que viajar en avión sería un rollo… para mí. Así que allá nos hemos ido,
a conocer la península de Istria.
Las playas son de piedra, no de arena |
¿Qué os
puedo contar de Croacia? Lo primero es que a los perros nos ponen pocas pegas.
Poquísimas. De hecho, al cruzar la frontera (como digo por carretera) a mis
humanos les pidieron identificación, a mí, que me asomé a la ventana para
saludar al agente… ni me miraron. Ella, rápidamente sacó mi perroporte
(pasaporte veterinario internacional vigente) con todas mis vacunas y esas
cosas con las que me permiten viajar en regla y el agente la miró con gran
extrañeza, luego a mí… sin coger el perroporte, le devolvió las
identificaciones humanas y nos hizo seña de seguir. Yo me ofendí un poco, la
verdad, pero luego pensé que era lógico… los que la lían son los humanos, los
perreces nunca somos ilegales ni damos problemas, así que está claro que para
entrar o salir de Croacia, a los perros no nos ponen ninguna traba. No puedo
decir qué pasa si llegas en avión, pero en coche, nada de nada. Ya os contaré
qué pasa en avión, la próxima vez, aunque según tengo entendido, con el
perroporte en regla no hay pega.
Duchas para perros!!!!! |
Infraestructuras excelentes |
Otra cosa
maravillosa es que la gente va a su bola. Es decir, si tú te metes, por error o
por lo que sea, en una playa que no es la tuya, no viene nadie corriendo a
regañarte. Te miran y ya. Luego tú te das cuenta o no, pero no pasa nada más.
Se ve que los croatas no son gente estresada y sus vidas son lo suficientemente
interesantes como para no tener que meterse en las de los demás.
Los
restaurantes suelen tener cuencos de agua para perreces y no te ponen pegas. En
general, las condiciones son mejores que en otros países en desarrollo animal,
como España, pero no son tan, tan cariñosos como los húngaros. Los croatas, en
general, van a su bola y da igual que seas un humano, que un perro que un
marciano, no te molestan.
La comida. A
mí es que el pescado me pierde y si se cae un cachito del plato de ellos… pues
siempre es bienvenido. Buscan y rebuscan para asegurarse de que no tiene
espinas, que yo no sé qué son las espinas, porque nunca he visto ninguna, pero
el caso es que el salmón, el atún, el pescado blanco en general e incluso las
gambas están de muerte. Fresquísimo y según he oído… muy barato todo. Además
allí se paga en kunas, que no son euros, pero que al cambio, por lo visto… un
euro son muchas kunas.
Mis regalos en Valamar Hotels |
Un placer
haber viajado a Istria y un placer haberme bañado en la playa. Estuve además en
una cadena de hoteles que son especialmente cariñosos con los perreces:
Valamar. Ellos me regalaron una toalla de playa, 3 juguetes perrunos y un
cuenco de agua, además me dejaron en la habitación una hoja con las normas a
seguir para las mascotas y los números de los veterinarios de guardia por si me
pasaba algo. Y un cartel para indicar que estaba en la habitación… lo que
quiere decir que son de los poquísimos sitios en los que permiten que el
perrece se quede echando la siesta cuando los humanos quieren ir a algún sitio
ellos solos. Que no es el caso de los míos, porque comen en mi pata y no van a
ningún sitio sin mí, pero lo digo por si se da el caso y los vuestros necesitan
saberlo. Me ha encantado Croacia.