Ayer celebré mi perrumpleaños. Ya soy una jovencita de 5
años. Y tuve un día bastante divertido. Mis humanos se portaron especialmente
bien…
Voy a contaros cómo
se celebra un cumpleaños canino en toda regla. De mañana, un paseo largo, de
esos que da gusto dar, por un bosque tupido para paliar un poco el hecho de que
hizo bastante calor. Eso sí, antes de salir, un poquito de “perfume” de ese que
repele a las garrapatas y los insectos esos que tanto les gusta subirse encima
de nosotros. No es que me guste, porque los sprays no me gustan nada, pero da
buen resultado y mi humana lo consiguió a muy buen precio de marca Blanca, así
que os lo recomiendo.
Después del paseo fuimos a tomar un aperritivo a una
terraza. Una de esas maravillosas terrazas en las que nada más llegar, te sacan
un buen cuenco de agua porque saben que los peludos también tenemos sed. Y
donde además los dueños, a veces tienen una de esas galletas que me gustan. Ese
fue mi aperritivo cumpleañero.
Comimos en casa, porque mis humanos habían preparado una
comida especial. Una gran tarta de cumpleaños. Pero no una de esas que veo a
veces en las flores, que son tartas dulces, preciosas y repletas de cosas que
yo no puedo comer. Una tarta apta para peludos: pienso, lata de la que me gusta
y galletas de bacon por encima… increíble. Preciosa. Podéis ver la foto. Me
encantó. Me comí la mitad y dejé la otra mitad para la cena. Tampoco quería
empacharme.
Después llegaron los regalos. Lo que más me gusta es
desenvolverlos, porque la verdad es que todo me hace ilusión: un pompón para
jugar con mi humana, un palito de los que limpian los dientes (bastante
importante por lo visto, después de comerme mi tarta) y una botella nueva para
llevar el agua cuando salimos de paseíto. ¿Qué os parece? Y lo mejor es que la
semana que viene mis humanos se van a Bled. En Eslovania... y yo voy!
Ha sido un buen cumpleaños. ¿Vosotros también lo celebráis?
¿cómo son vuestros perrumpleaños? 5C27A84C-e909f4555009667712db532a9b58f118